El cambio entre una clase y otra es bastante
grande…La clase está formada por seis chicos, todos varones, de edades
comprendidas entre 8 y 17 años. El ciclo al que pertenecen es segundo de
E.B.O. Todos hablan, dos de ellos perfectamente y el resto presentan ecolalias,
interaccionan y poseen buena motricidad gruesa y fina.
La clase es un poco más grande que la otra,
hay una zona informativa: la pizarra, donde se pone la fecha y hay dos agendas
visuales, ¿qué hacemos hoy? y ¿qué comemos hoy?. Cada día, uno de los chicos
coloca los pictogramas de las actividades y rutinas que van a realizar ese día,
y la comida (primer plato, segundo plato y postre). Hay una estantería en la
que se encuentran los puzles, juegos, ficheros de los chicos, y otra de cuentos
y libros. Como zona de descanso hay una colchoneta y una mesa de ordenador en
la que, por turnos, los chicos juegan y se divierten. En las mesas están las
fotografías de los chicos para que reconozcan su sitio.
A primera hora hemos estado trabajado y
haciendo fichas con ellos. Los chicos tienen más nivel que en la clase en la
que he estado estas semanas. El trabajo también es individualizado, ya que no
todos tienen las mismas características y capacidades. Uno de ellos sabe leer y
escribir, conoce los números del 1 al 100 y sabe hacer sumas y restas. Por lo
general no necesita ayuda pero siempre es conveniente observar su trabajo por
si encuentra alguna dificultad y corregirle si tiene algún fallo. Con otro
chico he estado trabajando los números (del uno al tres), sabe contar de forma
ordenada pero cuando saltas, por ejemplo, del uno al tres, no responde bien. A
la hora de escribirlos tiene más dificultades; los números escritos con
puntitos sí los repasa, pero cuando tiene que escribirlos sin ningún apoyo no
consigue hacerlo.
Antes del recreo hemos ido a ensayar la
actuación de navidad con otra clase. Se trata de un baile típico del continente
americano. Como el proyecto del colegio trata de los continentes, las clases
del segundo ciclo de E.B.O van a bailar un baile típico de cada continente.
Después del recreo hemos seguido haciendo las
fichas que se han quedado pendientes y luego han jugado un poco con el
ordenador, figuras encajables, pelotas, en la colchoneta…
El turno de comedor en esta clase es el segundo.
Ninguno de ellos necesita ayuda para comer, el ATE que nos acompaña lo hace
para trabajar los buenos hábitos de la comida: cómo coger los cubiertos,
sentarse bien en la mesa, beber agua, limpiarse la boca después de comer y
recoger el plato al terminar. Después de comer se han lavado los dientes ellos
solos.
Mi primer día en la nueva clase me ha gustado
mucho, los chicos y la tutora me han recibido muy bien y la verdad es que, en
esta clase, no tienes tiempo para aburrirte. Los alumnos y el trabajo que se
realiza con ellos es muy diferente, ya que los chicos no tienen tanto grado de
afectación como tienen los alumnos de la otra clase.
Voy a aprovechar al máximo estas dos semanas
que nos quedan en el cole y espero aprender y trabajar mucho en esta nueva
clase.
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