DÍA 11

Comienza mi tercera semana de prácticas en el colegio. Cada día voy conociendo más a los alumnos, sé lo que quieren decir o lo que quieren hacer a través de sus gestos y conductas, conozco sus manías, sus rabietas, sus estereotipias…Me siento como si formara parte de ellos, me encanta poder ayudarles en lo que hacen, que me cojan de la mano para ir al arenero, a dar un paseo, al comedor…jugar con ellos, que se diviertan y se rían conmigo, que me hagan caso cuando les pido que hagan algo (sentarse, colgar el abrigo, hacer una ficha, un puzle, pintar…)

Para comenzar, hemos cantado la canción de buenos días y la de los días de la semana. Después hemos colocado los pictogramas en la cartulina para establecer las rutinas y nos hemos puesto a trabajar. Los chicos han recortado papelitos verdes y marrones, y luego los han pegado en la copa y el tronco de un árbol. Casi todos los chicos han necesitado nuestra ayuda, pues no saben ni pueden coger las tijeras ellos solos o no están motivados ni interesados en hacerlo. Sólo dos niñas manejan medianamente bien las tijeras y son capaces de terminar las actividades que las propones. Uno de los objetivos que se intenta conseguir en estos chicos es que sepan escribir su nombre y le reconozcan cuando lo vean. Para ello, hemos escrito sus nombres en un folio y, mediante el punzón, tienen que picarle conforme a los movimientos adecuados a la hora de escribir. También, hemos escrito cada letra de los nombres con puntos discontinuos para que los chicos los sigan con un lapicero.

Después del almuerzo hemos jugado un poco, mientras venían las ATEs a cambiarles, hasta la hora del recreo.

Esta es la estantería donde están todos los juguetes, puzles, cuentos y materiales de trabajo (contornos y formas, trazos, asociación espacio-objeto, bits de imágenes, maduración del lenguaje…) que se utilizan en clase para desarrollar las competencias y capacidades de los alumnos.

A última hora, el profesor de música ha estado trabajando con los chicos. Uno de los principales ejercicios que más necesitan estos alumnos y se debe hacer con ellos es la estimulación sensorial. Por ello, siempre que se puede, la tutora pone música de relajación, los tranquiliza, les da masajes, les hace caricias...