Durante la primera hora hemos trabajado con
cada alumno realizando una ficha y después han hecho diferentes actividades:
picar, hacer puzles, estar en la colchoneta, hacer construcciones…Hemos jugado
un poco en la zona de descanso, con unos aros y una pelota hasta la hora del
recreo.
Como todos los viernes, después del recreo
hemos ido a la sala de estimulación sensorial. La música de relajación, el
silencio, la luz negra, los efectos visuales y todos los equipamientos que la
forman favorecen e impulsan la relajación, el bienestar y la estimulación de
los alumnos. Esta sala está muy bien ambientada para la actividad y los
objetivos que se pretenden conseguir en ella. Hay un tablón con una agenda
visual y las normas de la sala.
Aquí termina mi cuarta semana de prácticas. Al
comienzo de esta experiencia estaba un poco perdida, pero después de un mes en
el colegio, he de decir que estoy muy contenta de haber elegido este centro
para realizar las prácticas, ya que ves y conoces la realidad al 100% de las
personas con discapacidad. Estoy aprendiendo mucho y familiarizándome con este
tipo de educación, la educación especial.
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